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MINUTO DE RECOGIMIENTO: ROMPER LOS VÍNCULOS CON LA TRISTEZA Y DESESPERACIÓN.


tristeza

Parece absurdo que alguien quiera estar apegado a su tristeza, y sin embargo es así. Un largo proceso de condicionamiento a sentir que la vida es injusta, que el otro es responsable de sus penas, que nadie realmente lo entiende, conduce, inevitablemente, a pensamientos continuos de desesperación. Aferrarse a estas ideas nos mantiene atados a la auto compasión y al victimismo, que a la larga se convierte en odio hacia sí mismo.


La razón para mantener esta situación es que el individuo no tiene que correr el riesgo de aceptar la responsabilidad de su tristeza, o de cambiar pautas de vida. Es un puerto seguro que permite sufrir con comodidad.


Es extremadamente corriente que la gente construya su vida con la idea equivocada de que sin ciertas cosas o sin ciertas personas no pueden ser felices o libres. Es casi como si estuvieran programados para ser infelices. O sea que su actitud es: sin mis cosas, sin una persona en particular, sin dinero, sin amistad estoy destinado a estar triste. Así se condicionan a creer que la escasez es una excusa para la desesperación. Todos hemos asumido, en cierta medida, esas creencias, y, en consecuencia, hemos desarrollado ciertos grados de apego. Aquí es donde se origina la desesperación, porque justificamos la tristeza con lo que nos falta o quien nos falta. En realidad, experimentamos éxtasis cuando alcanzamos un objeto, ansiedad cuando lo estamos perdiendo y desesperación cuando lo perdemos.


Con el fin de superar este ciclo desesperación apego debemos recordar la diferencia entre nuestro ego y nuestro YO SUPERIOR. La voz del ego siempre está impaciente por dominar con pensamientos como: “Soy lo que tengo, lo que hago y lo que los demás piensan de mi”. Si podemos permanecer callados el tiempo suficiente la voz de Dios penetrará con mensajes como: “Ninguna de estas cosas te aportará felicidad, solo son ilusiones, YO SOY tu única fuente de Paz.


Para ser auténticamente felices, solo tenemos que hacer una cosa, que es desprogramarnos y deshacernos de forma permanente de nuestro apego a diferentes circunstancias y cosas de baja energía. Recordemos que el apego no es un hecho, es una fantasía que hay en nuestras cabezas y hemos llegado a creer que es real.


Podemos conservar y Amar todos los objetos a los que nos sentimos apegados sin renunciar a ellos. Podemos Amar de un modo libre y sentirnos en Paz y no amenazado. Así es como Dios nos Ama, incondicionalmente.


GRACIAS POR PERMITIRME COMPARTIR ESTOS MINUTOS Y CAMINAR JUNTOS HACIA LA LUZ.

1 comentario


Carolina
24 feb

Muy acertivo , excelente. Gracias por ser y estar.

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